Cuando me refiero a la manera de cómo la historia de nuestro mundo ha
ido evolucionando, no puedo obviar las diversas expresiones populares y
culturales del “Sujeto Social en América latina” donde se evidencian las luchas
que han sostenido estos inquebrantables miembros de una sociedad mundial que ha
intentado en repetidas ocasiones diezmar estas iniciativas de libertad, con el
nefasto fin de aprovecharse de su nobleza y sus inagotables riquezas naturales
y artificiales.
Según mi manera de percibir la situación actual de ese sujeto
latinoamericano puedo aseverar que el acceso que ha tenido a la información, a
la verdadera historia de los movimientos sociales y a cómo han sido utilizados
los recursos naturales de los territorios a los que pertenece, han marcado una
pauta en la forma de pensar, de actuar y de analizar la realidad que vive,
teniendo consecuencias favorables para el forjamiento del pensamiento libre y
crítico de un integrante del colectivo, más humano, más socializador y promotor
de un futuro lleno de enormes posibilidades.
Lo que intento exponer es vital para la evolución del ser latino
dentro de este mundo atroz inmerso en consumismo, capitalismo, aprovechamiento
ilícito, invasiones, daño irreversible a nuestra madre tierra y una carrera
nefasta y malévola por acumular recursos de todo tipo, sobre todo económicos.
En imprescindible que reconozcamos que los movimientos sociales han
formado parte importante de la historia de esta invaluable parte sur del
continente americano, dada su complejidad y razones vivenciales que han llevado
sus luchas, son un ejemplo de amor a su tierra y a su patria, han podido cruzar
fronteras para enaltecer el valor del ser humano ante las disociaciones de la
búsqueda implacable de riquezas por parte de unos pocos que creen poder colocar
precio al ser humano latinoamericano.
Como integrantes de esta
sociedad no podemos olvidar que durante muchos años el día a día del sujeto
latinoamericano estuvo plagado de injusticias y exclusión de la sociedad
mundial que avanzaba sin titubeos, y permanecía inmerso en un clima de
explotación, denigración y tercermundismo que gracias al despertar inminente de
un pueblo cansado fue combatido desde las filas organizadas de los desposeídos,
Fuerza obrera, fuerza campesina, fuerza estudiantil, movimiento femenino, y muchísimos otros participaron activamente
por medio de la creación de sindicatos y estructuras defensoras de los derechos
Humanos para mejoras en todos los ámbitos de la realidad, en busca de la vida
que todos merecemos.
Todas estas luchas estuvieron enmarcadas en defender los derechos
de los más indefensos, que eran y son, pero ya no serán el motor de las grandes
transnacionales, hablando específicamente de los “monstruos” culturales,
sociales, explotadores, opresores, invasores, compañías y gobiernos extranjeros
que quisieron aprovecharse de la buena voluntad de los integrantes de la
población latinoamericana con un fin evidente: El Capital.
Es necesario que reconozcamos que como integrantes de estas
valiosas regiones hemos decidido salir de la burbuja que no nos hacía ver la
realidad, y asimismo es necesario que optemos por nutrirnos culturalmente y
exijamos el acceso a la información, a la verdad del asunto, a poder conocer y
marcar diferencias entre lo que los beneficiaba como sociedad y lo que la
barbarie imperial hacia, y hace, a muchísimos pueblos; en conclusión: Estamos
viviendo el momento propicio para organizarnos y dar un freno contundente a las
políticas neoliberales del imperio, y para esto no existe mejor instrumento que
el Proceso Revolucionario Venezolano, que tenemos la dicha y la responsabilidad
de defenderlo hasta la muerte.
En la Actualidad siguen existiendo injusticias respecto al sujeto
hispano, latino y suramericano pero evidenciamos contundentemente que el pueblo
de estas regiones de abundantes recursos (sobre todo el humano), ha despertado de un letargo de
injusticias y explotación, que poco a poco se está haciendo sentir, está
respirando aires de libertad, defiende aguerridamente su desarrollo cultural,
sus ideales, a la madre que les da vida desde hace centenares de años y les
seguirá acurrucando en su cuna de tierra durante muchos más.
En pocas palabras
y en un grito resonante e incansable decimos:
¡¡¡LATINOAMÉRICA DESPIERTA!!!
Por: Anibal E. Sumoza A. |
Publicado originalmente en:
http://www.aporrea.org/tiburon/a147095.html
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