Comparto esta reflexión, atendiendo al llamado a autocriticarnos que
hace horas escuché a nuestro Comandante en Jefe, Nicolás Maduro.
La revolución industrial y la expansión del capitalismo como sistema
depredador, trajo consigo una gigantesca e inusitada acumulación de
poder en manos de los grupos económicos que tuvieron y aún ostentan las
riquezas más impresionantes jamás vistas. Obviamente, el modo de
producción capitalista (al igual que los anteriores) desarrolló sus
maneras de incidir en el pensamiento humano para preservar su poder.
Pero como dicho sistema es tan obscenamente promotor de desigualdades y
tan profundamente inhumano e insaciable, se vio obligado a desarrollar
al máximo las herramientas de control del pensamiento social, para
lograr tres aspectos: preservarse, profundizarse y justificarse.
Obviamente, cuando el poder del capital no ha podido controlar el
pensamiento social a través del cual imponer su miseria, ha acudido a
métodos como la confrontación armada directa, la invasión o las acciones
de guerra económica.
Pero el aspecto central en el cual quiero enfocar este aporte, es al que
se refiere a la batalla de ideas. Y es clave, en la Venezuela
bolivariana, caracterizar al adversario en esa “guerra de cuarta
generación” que estamos librando.
Información, formación y captación capitalista
Los grandes poderes mundiales y sus aparatos ideológicos no llevan dos
días trabajando cómo, cuándo y para qué incidir en el pensamiento
humano.
Publicidad, televisión, cine, prensa y radio, alineados al capitalismo,
tienen décadas trabajándonos la mente y el pensamiento. Los psicólogos
sociales, semiólogos, estudiosos de la psiquis humana en general, han
asociado impulsos primarios (hambre, deseo sexual, sed, etc) a
productos, con el objetivo de venderlos.
No por casualidad una galleta dulce la asocian con un beso, o un par de
zapatos son mostrados directamente asociados a la sexualidad humana.
Pero el asunto va mucho más allá de eso. Los estudiosos del mensaje
masivo encontraron una manera infalible de controlar muchos más aspectos
que los evidentes. Lograron articular en toda la industria cultural los
tres aspectos, la información, la formación y la captación.
En una emisora de radio privada cualquiera, hay un espacio informativo
que te da el enfoque de los eventos sociales surgido desde la
arbitrariedad de quien controla, de su propietario. Ellos eligen NO
decir en sus noticieros que, por orden de Capriles, hay 10 muertos por
los sucesos posteriores al 14-A. Sí "informan", selectivamente, sobre
eventos que vayan contra el proceso bolivariano, esos eventos los
repiten y magnifican, ya eso se sabe. Pero en esa misma emisora, hay
espacios de formación de criterios, tal vez no planteados con la
rigurosidad de una escuela de formación sino más bien de manera velada.
Una opinión de Luis Chataing en un programa de radio o TV logra incidir
más en las masas que este artículo de opinión que estoy publicando. Allí
se mezclan, en un mismo medio, información y formación. Aparte de todo,
sus políticas psicológicas, comunicacionales, culturales, están siempre
alineadas a la captación, a sumar más voluntades. No tienen necesidad
de entregar un panfleto que diga "incorpórate a las filas de la juventud
obediente al capitalismo", están, por mucho, más sofisticados que
nosotros y nos llevan ventaja.
Publicidad más allá del producto
Cada mensaje asociado a un producto tiene elementos morales, afectivos,
motivaciones, desmotivaciones, se refiere a un marco axiológico y al
mismo tiempo construye nuevos referentes. Cuando una publicidad en 20
segundos te dice "Hay quienes nacen para manejar una Silverado doble
cabina" te está dando un mensaje mucho más profundo que invitarte a
comprar el vehículo. Allí hay elementos identitarios, culturales,
emocionales, hay una caracterización de la psiquis que la recibe y un
profundo estudio para elaborar esas nueve palabritas aparentemente
inofensivas.
Yo quiero ser así
En cierta oportunidad una compañera de estudios me comentó la frase "Yo
quiero ser como ella" refiriéndose a una "celebridad". Ese insumo, que
parece de lo más común e intrascendente, me quedó rebotando en el
pensamiento y devino en muchas reflexiones. Es claro que mi amiga quiere
ser como una celebridad no por casualidad. En primer lugar hay un obvio
descontento con su persona misma, una inconformidad con su ser.
Inconformidad lógica en un sistema groseramente desigual. Pero cabe
preguntarse.. ¿Por qué ella, y muchos otros, tienen como sus referentes
fundamentales a sujetos que no tienen ninguna virtud conocida? Nuestra
sociedad lleva años recibiendo en su psiquis una enorme cantidad de
mensajes al día que no sólo persiguen la venta de algún producto, sino
que descubrieron que podían manipular un elemento central en toda
sociedad: El autoestima social.
Esos referentes que nos ha mostrado la industria cultural como lo
correcto, lo bueno, lo 'chic', lo 'nice', lo 'in', lo 'cool', tienen
varias características implícitas, entre las que se encuentra que todo
lo que no sea 'nice' es absolutamente despreciable. Tiene obviamente una
carga racista, tiene una carga sexista, tiene una carga que promueve la
defensa de un sistema de pensamiento que sustente al modo político
económico capitalista. Esos medios dan muchísimos mensajes más allá del
mensaje mismo. En educación le llaman a eso el currículo oculto.
Ni loca me anoto en esa, no quiero ser despreciada.
Amigas como las que mencioné, no sólo quieren ser como Paris Hilton,
sino que luchan a diario por no ser despreciados. Nadie quiere serlo. La
industria cultural lleva décadas mandando el meta-mensaje: 'si no te
pareces a nuestros patrones establecidos, serás despreciado y ERES
despreciable'
Cuando estamos en una cola del banco y comienza una señora, encopetada o
no, a vociferar en contra del gobierno revolucionario, siempre hay
alguien presente que es simpatizante o militante de la revolución, pero
pocas veces se escucha en público una respuesta a la señora que pregona
su postura opositora. Hay en esa señora, la certeza de que su escuálida
opinión, la reviste de prestigio; y hay, en las estructuras psíquicas
más profundas de ese chavista que hace su cola, algo que le hace callar a
pesar de tener la razón: El temor al desprecio. No tienen dos días
construyéndolo en el pensamiento social.
A propósito de esa certeza de los opositores, que están seguros que de
ellos brota sabiduría e inteligencia, Luis Britto García escribió "¿Por
qué tú, que eres inteligente..."
http://www.aporrea.org/actualidad/a151702.html . Es decir, es un
fenómeno social y considero, en mi modesta opinión, que debemos
atenderlo.
Conozco una joven profesional de clase media que gana más o menos 10.000
bolívares fuertes al mes. Esa joven, se siente profundamente
identificada con la burguesía nacional, aún peor, a veces cree que ella
es parte de la burguesía, se siente aludida. Si comparamos su ingreso,
con el ingreso de la familia Mendoza propietaria de empresas Polar, o
con los ingresos de Gustavo Cisneros, o con la familia De Armas o con
los Capriles, las distancias son ABISMALES, extremas, gigantescas.
Objetivamente, en el plano económico, ella está mucho más cercana a un
obrero que hace limpieza y que gana 3000 bolívares. La industria
cultural capitalista trasnacional y sus expresiones políticas
nacionales, han logrado que esa joven profesional se sienta más cercana y
más identificada con la familia Cisneros, y se sienta profundamente
lejana y distanciada de la señora que humildemente barre el piso de la
oficina.
Materialmente, objetivamente, hay diferencias entre la profesional de
los 10.000 y la obrera de los 3.000, pero la distancia es
descomunalmente mayor entre 10.000bsF y 500 millones de dólares. Si
hablamos desde el plano más frío y objetivo, ambas mujeres son
trabajadores y ambas padecen las consecuencias del sistema social en que
viven, una más que otra. Deberían juntas, luchar para el desarrollo
nacional, trabajar por la equidad y apoyar un sistema político como el
bolivariano que ha venido disminuyendo las desigualdades sociales y que
planea instaurar un sistema profundamente más justo. Eso es lo lógico.
Pero esa industria cultural nos ha enseñado que no toda verdad, es
verdad. Pueden crear realidades paralelas, mundos posibles planteados
como parte del mundo realmente existente, y que millones de personas las
crean sin atreverse a cuestionar nada a profundidad.
¿Y nosotros qué?
Nuestra construcción política está llamada a librar una batalla de ideas
contra un coloso hegemónico trasnacionalizado con sus arraigadas
expresiones nacionales. Tenemos una ventaja: La base del mensaje
capitalista es una falacia, la base del mensaje nuestro es la verdad, la
realidad objetiva y material: es objetivo que el capitalismo es injusto
y desigual; es verdad que el sistema económico socialista es
radicalmente más justo.
Debemos articular las mismas tres políticas
(información-formación-captación) desde una concepción filosófica
distinta pero valiéndonos de técnicas de avanzada. El mensaje
revolucionario debe ser estudiado con la misma agudeza con la que el
publicista analiza la frase más impactante.
La política comunicacional de nuestra revolución, por órdenes de nuestro
eterno Padre Hugo Chávez, comienza a mostrar fuertes avances bajo la
conducción directa del camarada Nicolás Maduro y la específica
ejecución, muy inteligente, de Ernesto Villegas. La información,
comienza a transformarse y a dejar de emular los esquemas informativos
del enemigo.
Villegas ha ejecutado políticas en cuanto a lo informativo que hacen
énfasis en el testimonio, en la noticia contada por el sujeto histórico
fundamental, el pueblo. Ha desarrollado además, la técnica, ha elevado
los niveles de sofisticación y cuidado del mensaje. Debemos seguir ese
rumbo.
En la actualidad, la prensa burguesa tiene actitudes rebeldes y la
prensa revolucionaria tiene actitudes conservadoras. Eso debe
transformarse, debemos salir de la trampa del gremialismo, del
tradicionalismo y de lo clásico. No por casualidad, el lenguaje poco
ortodoxo de Últimas Noticias (UN) ha tenido impacto en los lectores.
Nuestro pueblo lector no es el típico caballero inglés que lee la prensa
con el té. No promulgo que debamos imitar el lenguaje de ese diario,
pero lo que sí grito a toda voz, es que algo diferente debemos hacer.
Afortunadamente ya se comienzan a ver los cambios en la política
comunicacional, ojalá sigan. Si estamos en guerra de cuarta generación,
debemos hacer acciones de guerra y no sólo denunciar la guerra misma.
La información comienza a hacerse, al mismo tiempo, un elemento
formativo. Los aparatos de información (VTV, RNV, YVKE, entre otros)
contienen dentro de sí, espacios de formación. La vinculación de ambos
aspectos, es plausible. Sin embargo, tenemos un profundo reto por
delante. Ese reto es hacer que esos sectores TRABAJADORES clase media de
la sociedad, que se distancian muchísimo de sus explotadores, se
identifiquen con sus iguales, con nosotros. Y que se sumen al llamado de
la Patria, a construir país. No sólo las capas medias, hay un número
nada despreciable de personas de las comunidades más desfavorecidas, que
dieron su voto a la dirigencia fascista.
El discurso:
Muchas veces el discurso político de la dirigencia revolucionaria y de
nuestros aparatos comunicacionales, se dirige únicamente a nuestras
propias filas, un diálogo hecho desde el chavismo para el chavismo. Eso
está bien.
Pero es necesario visibilizar de manera permanente a esos otros sectores
no simpatizantes. Confrontar con la burguesía, no con las capas medias.
No lanzarlos al terreno enemigo, no ser víctimas nosotros también de la
misma manipulación que ellos padecen. Ellos tienen pánico de sentirse
proletarios, dijo recientemente Luis Britto García.
Hasta hoy fui opositora
Es impresionante el efecto que tuvo el artículo "hasta hoy fui
opositora", que fue una especie de confesión de una caraqueña de clase
media que luego de reflexiones, se sumó al proyecto chavista. Más de
medio millón de lecturas, fue recomendado por el Presidente Correa, y
leído en decenas de medios de comunicación. Personas conocidas directa e
indirectamente, que estaban desmotivadas de votar el 14-A, decidieron
votar por Maduro luego de leer ese artículo. No muchas, claro está, pero
se dio el caso.
Eso nos da un mensaje y una lección, que no podernos despreciar. El
discurso revolucionario debe replantearse desde los niveles más altos de
la dirección política.
No hay siete millones de oligarcas
El glorioso Comandante Fidel Castro, le dijo a nuestro líder eterno Hugo
Chávez "Hugo, en Venezuela no hay 5 millones de oligarcas"... Mucho
menos hay siete millones de oligarcas.
Hay que decir, con tristeza, que no hemos sido capaces de crecer en esos
sectores "medios". Eso se debe a múltiples factores, y sería un
reduccionismo afirmar que las causas se deben únicamente al tema
comunicacional, pero el objeto de este artículo es visibilizar esa
problemática específica e importantísima.
Nos URGE una política comunicacional dirigida a la captación, dirigida a
que la gente no sienta temor de deslastrarse del canon forjado por los
aparatos culturales hegemónicos. Que la gente no tema ser despreciada
por ser chavista. Que la gente SIENTA que está fuera de onda si no es
chavista. Que la gente SE SIENTA INTELIGENTE de ser chavista y no lo
contrario. A fin de cuentas la intelectualidad trascendente es de
izquierda. Que el autoestima abunde en nuestro sector. Que los jóvenes
digan, crean y sientan que si no son chavistas no están en nada, que les
dé VERGÜENZA, y NO ORGULLO, ser opositores. Que les dé vergüenza
defender esos ideales.
Pero eso no se logra con una rígida "escuela de cuadros" donde los
jóvenes más desapegados se aburren y duermen. Las escuelas de formación
de cuadros son para personas YA CONVENCIDAS. La captación debe estar
dirigida en otro sentido, debe ser estudiada también por las ciencias
del signo, el símbolo, el diseño, la semántica, la psicología social y,
por qué no, tomar insumos técnicos del aparato cultural enemigo.
Nuestros mismos jóvenes, lo expresan, por voluntad propia y con amoroso
orgullo. Se nota la necesidad de expresar ese mensaje. Esto lo escribe
una jovencita twittera:
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Ese orgullo que siente ella, debe ser difundido, debe ser
ejemplarizante, moralizante. Debe difundirse el autoestima nacional de
nuestro pueblo chavista, eso también CAPTA a otros jóvenes. Una vez de
nuestro lado, llega la hora de la formación político-ideológica. Pero
primero es la captación.
Los inteligentes diseños de Trinchera Creativa, pueden también ser una
política propagandística al servicio de la captación de nuevas
voluntades. Y así, muchísimos, demasiados casos, pueden ponerse al
servicio de la captación de voluntades para el proyecto de la Patria,
proyecto digno levantado por nuestro amado Comandante Chávez. Imagínense
el Metro de Caracas con imágenes destinadas a la captación. Sin
banalizar en absoluto nuestro proceso, podemos perfectamente hacer
llamados de maneras implícitas, no obvias, de forma inteligente,
contemplando lo afectivo, lo racional, lo estético, lo lógico, lo
semántico, lo semiológico. Podríamos comenzar con una campaña que
incentive el orgullo de ser chavistas. El camino de la captación no sólo
es necesario, es urgente.
Quien escribe no sólo critica y opina, también está dispuesto a sumarse a hacer aportes en ese sentido.
Hagamos que la verdad sea, en la gran mayoría de nuestro pueblo, una gran verdad.
willeyrpl@gmail.com
@WilleyP
Publicado originalmente en:
http://www.aporrea.org/actualidad/a164494.html